* Notas del libro de Nicholas Carr Superficiales, ¿qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, publicado por Taurus, 2011.
«Como ventana al mundo y a nosotros mismos, un medio popular moldea lo que vemos y cómo lo vemos -y con el tiempo, si lo usamos lo suficiente, nos cambia, como individuos y como sociedad-.» [p. 15]
«Como sugería McLuhan, no son sólo canales de información. Proporcionan la materia del pensamiento, pero también modelan el proceso del pensamiento. Y lo que parece estar haciendo la Web es debilitar mi capacidad de concentración y contemplación. Esté online o no, mi mente espera ahora absorber información en la manera en la que la distribuye la Web: en un flujo veloz de partículas. En el pasado fui un buzo en un mar de palabras. Ahora me deslizo por la superficie como un tipo sobre una moto acuática«. [p. 19]
«Un medio nuevo nunca es una adicción a otro viejo -escribió McLuhan en comprender los medios de comunicación- ni deja al viejo nunca en paz. No deja de oprimirlo hasta forzarlo a una nueva forma y posición. Esta observación se nos antoja particularmente cierta hoy. Los medios tradicionales, incluso los electrónicos, están siendo remodelados y reposicionados en su transición a la distribución en línea. Cuando la Red absorbe un medio, lo recrea a su imagen y semejanza. No se limita a disolverle la forma física; también le inyecta hiperenlaces en el contenido, lo fragmenta en secciones aptas para las búsquedas y rodea su contenido con el de todos los demás medios que ha absorbido. Todos estos cambios en la forma del contenido modifican también el modo en que usamos, experimentamos e incluso comprendemos el contenido». [p. 114]
«Nos gusta ser capaces de pasar de leer a escuchar o ver sin tener que levantarnos a encender otro aparato ni buscar en una pila de revistas o discos. Nos gusta poder encontrar y ser transportados de inmediato a los datos que buscamos sin tener que revisar un montón de cosas ajenas a la materia. Nos gusta estar en contacto con amigos, familiares y colegas. Nos gusta sentirnos conectados y odiamos sentirnos desconectados. Internet no cambia nuestros hábitos intelectuales en contra de nuestra voluntad. Pero cambiarlos, los cambia». [p. 116]
«Una vez que nuestras mentes se han adaptado a este puzle que es el contenido web, las empresas mediáticas han tenido que adaptarse a las nuevas expectativas de su público. Muchos productores están acortando sus contenidos para adaptarse a la capacidad de atención más corta que caracteriza a los consumidores en línea, así como para mejorar su clasificación en los motores de búsqueda«. [p. 119]
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